Hublot celebra 20 años del Big Bang 

Dos décadas de innovación

Hublot conmemora el vigésimo aniversario del Big Bang, su colección más emblemática, con una propuesta que une pasado y presente. La firma suiza lanza cinco ediciones limitadas que combinan el diseño del Big Bang original de 2005 con la evolución técnica y estética del Big Bang Unico. Estos modelos especiales celebran los hitos de una colección que transformó los códigos de la alta relojería contemporánea.

Los nuevos relojes conservan la silueta característica del Big Bang, con una caja de 43 mm que recupera la construcción en capas y las asas retraídas de los primeros modelos. El bisel, pulido y con borde moleteado, recuerda los diseños iniciales. La esfera presenta un motivo en relieve que evoca la fibra de carbono, mientras que los números arábigos e índices remachados están tratados con Super-LumiNova para asegurar una legibilidad óptima.

Un movimiento de manufactura conmemorativo

En el interior de estos relojes late el calibre automático de cronógrafo flyback Unico, desarrollado por Hublot. Visible a través del fondo de la caja, incorpora una masa oscilante de oro con una inscripción especial por el 20.º aniversario. La disposición incluye dos contadores: pequeño segundero a las 9 h y contador de minutos del cronógrafo a las 3 h. Todo se complementa con una correa de caucho con diseño de rombos y el sistema de intercambio One Click.

Hublot Big Bang 20 years
Fusión de materiales: cinco modelos conmemorativos

La edición en titanio con bisel de cerámica, limitada a 500 unidades, y la versión en King Gold con cerámica, limitada a 250 piezas, remiten a los materiales del primer Big Bang. Ambas referencias recuperan los pulsadores rectangulares con inserto de caucho y muestran detalles en rojo en los indicadores del cronógrafo.

La audacia del rojo y el negro absolutos

El Big Bang 20th Anniversary Red Magic se presenta con una caja de cerámica roja brillante, color desarrollado internamente por Hublot en 2018 tras un largo proceso de investigación. La edición, limitada a 100 ejemplares, destaca por su intensidad visual, acentuada por la esfera de fibra de carbono.

All Black, el reloj que desafió la visibilidad

La versión All Black retoma el concepto lanzado por Hublot en 2006: un reloj completamente negro donde forma y textura sustituyen a la función tradicional de la legibilidad. La caja de cerámica negra pulida mate encierra una esfera con motivos de fibra de carbono. Este contraste tonal ofrece una lectura distinta del tiempo.

La alquimia del oro 

La variante en Magic Gold, también limitada a 100 unidades, exhibe una aleación patentada por Hublot en 2011. Se trata del primer oro de 18 quilates resistente a los arañazos, creado a partir de la fusión de cerámica y oro. Su tono dorado con matices verdosos se acompaña de una esfera texturizada, agujas doradas y un perfil que conjuga brillo y resistencia.

Una cápsula que conecta generaciones

Las cinco piezas componen una cápsula que actúa como puente entre generaciones de relojes y de coleccionistas. Cada elemento —del bisel al movimiento, de los materiales al diseño tipográfico— ha sido elegido para sintetizar 20 años de evolución sin abandonar la raíz conceptual del Big Bang.

Julien Tornare, CEO de Hublot, subraya que estas ediciones no solo miran hacia el pasado. Son, también, una declaración de intenciones sobre el futuro de la manufactura: seguir explorando los límites técnicos y formales de la relojería con identidad propia.

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Chronoswiss Small Second: el tiempo en su forma más pura

Un nuevo comienzo para la “Mecánica Moderna”

Chronoswiss inaugura una nueva etapa en su colección Modern Mechanical con el Small Second, un reloj que combina la tradición artesanal con una estética depurada. Lejos de los excesos ornamentales, este modelo de acero inoxidable de 40 milímetros de diámetro y 11.5 milímetros de grosor (hermético hasta 30 metros) redefine la elegancia contenida. La caja, de superficies pulidas y asas esculpidas, culmina en una corona más estilizada que cualquier otra creada en los talleres de Lucerna. Cada línea, cada proporción, está pensada para ofrecer una experiencia relojera auténtica, sin distracciones superfluas.

La simplicidad no sacrifica profundidad. La esfera curvada, formada por intrincadas capas tridimensionales, revela una complejidad silenciosa. La arquitectura de la carátula, lejos de ser plana, despliega una riqueza de texturas que invita a la contemplación. En el corazón de esta pieza late el calibre C.6000 –manufactura Chronoswiss–, un movimiento automático con reserva de marcha de 55 horas que garantiza precisión, fiabilidad y la cadencia viva de un verdadero reloj mecánico.

Dos interpretaciones, una misma filosofía

El Small Second Desert encuentra su inspiración en la fuerza bruta del paisaje namibio. Su esfera, grabada a láser y enriquecida con diez capas de nanoimpresión, recrea la ondulación hipnótica de las dunas bajo la luz cambiante del sol. Esta topografía de arena congelada en metal cobra vida con cada giro de muñeca, acompañada por una correa de piel estilo piloto que refuerza su espíritu aventurero. Oliver Ebstein, CEO de la marca, se inspiró en los paisajes de un viaje a Namibia para esta esfera y resume la visión como un homenaje a la pureza salvaje de la naturaleza.

Por otro lado, el Small Second Blue Orbit rinde tributo a la maestría artesanal. La esfera guilloché, elaborada a mano, despliega patrones que parecen vibrar al contacto con la luz. La subesfera del pequeño segundero, teñida de un azul profundo y envejecido, evoca la danza eterna de los cuerpos celestes. Este modelo está pensado para quienes aprecian la perfección escondida en los detalles y buscan una conexión entre la tradición y la innovación contemporánea.

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El Small Second no es solo un reloj: es una declaración de principios. Chronoswiss, fiel a su herencia de independencia, propone con esta familia una nueva manera de entender la relojería moderna: precisión sin rigidez, artesanía sin excesos, modernidad sin perder el alma.

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Serpenti Aeterna: un nuevo símbolo de eternidad en la alta relojería de Bvlgari

En una alianza insólita entre arte, tiempo y vanguardia, Bvlgari reinterpreta la esencia de uno de sus íconos más sagrados y eternos: la serpiente. El reloj Serpenti Aeterna, revelado en Watches & Wonders 2025, se presenta como una obra maestra escultórica que supera los códigos tradicionales de la relojería y la joyería. No se trata solo de una pieza para marcar la hora, sino de un manifiesto de estilo, una declaración estética que encapsula la evolución de una figura que ha acompañado a la maison desde 1948.

El alma de Serpenti, refinada al extremo

Diseñado bajo la visión futurista de Fabrizio Buonamassa Stigliani, Director Ejecutivo de Creación de Productos de Bvlgari, Serpenti Aeterna prescinde de ornamentos clásicos para ofrecer una forma pura, hipnótica y envolvente. Se trata de una joya de oro que abraza la muñeca con sensualidad y precisión, como un gesto que conecta el pasado y el porvenir de la maison. La silueta, sin escamas ni ojos, evoca una abstracción total: el espíritu del reptil reducido a su geometría más esencial.

El cierre ingenioso —que tardó dos años en desarrollarse— permite que esta pieza se adapte al cuerpo con naturalidad, logrando una experiencia de uso que es tanto cómoda como emocional. En su interior, grabados invisibles de escamas hexagonales rinden homenaje a las formas históricas del linaje Serpenti, mientras que en el exterior, los diamantes parecen disolverse en luz sobre la superficie metálica.

Joyas que laten – Serpenti Aeterna

Presentado en versiones de oro rosa y oro blanco, Serpenti Aeterna despliega una opulencia sutil: diamantes engastados con precisión milimétrica iluminan la esfera, el cuerpo y la cola del diseño. En su versión más majestuosa, las gemas de gran tamaño crean un efecto tridimensional que resalta los volúmenes del brazalete y proyecta una aura casi celestial. El movimiento de cuarzo, discreto y fiable, mantiene la precisión sin distraer del verdadero foco: la arquitectura escultural del diseño.

El reloj que trasciende el tiempo

Más que un accesorio, Serpenti Aeterna es una creación viva, un fragmento del universo Bvlgari que pulsa con historia y deseo. Cada curva evoca la capacidad de la maison para fundir sus raíces romanas con una visión sin límites, haciendo de esta serpiente el emblema absoluto del renacimiento eterno. El año del dragón, en el calendario chino, simboliza un ciclo de transformación, y Aeterna captura ese momento de cambio con brillantez, elevando a Serpenti a una nueva era de sofisticación pura.

Este reloj no se limita a medir el tiempo: lo reinventa. Porque hay relojes que acompañan la vida… y otros, como Serpenti Aeterna, que la redefinen.

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Entonces. Luego. Además. Después.

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Nuevas esferas para tres íconos de Rolex

Rolex reinterpreta tres de sus relojes más icónicos con esferas inéditas que desafían lo previsible. El Oyster Perpetual Cosmograph Daytona, el GMT-Master II y el Sky-Dweller asumen nuevas identidades visuales sin perder su esencia técnica. Cada uno encarna una propuesta que funde lo clásico con lo disruptivo, lo funcional con lo expresivo. El resultado es una colección que no busca únicamente marcar las horas, sino provocar una mirada distinta sobre ellas.

Daytona, GMT-Master II y Sky-Dweller: la precisión toma forma

El Cosmograph Daytona, célebre por su vínculo con el automovilismo, incorpora una esfera azul turquesa de acabado lacado, salpicada por contadores negros que imprimen contraste y profundidad. Su caja de oro amarillo de 18 quilates sostiene un bisel Cerachrom negro con escala taquimétrica, cuya graduación en oro se aplica mediante PVD. El brazalete Oysterflex, con su cierre de seguridad Oysterlock y sistema Glidelock, aporta un confort técnico sin concesiones.

El GMT-Master II, instrumento predilecto de los viajeros, sorprende con una esfera elaborada en ojo de hierro. Esta piedra natural, compuesta de ojo de tigre, jaspe rojo y hematita, otorga al reloj una textura imposible de replicar. El bisel Cerachrom bicolor —marrón y negro— gira en ambas direcciones, permitiendo leer un segundo huso horario. Su caja de oro Everose de 18 quilates se acompaña de un brazalete Oyster con cierre Oysterlock y sistema Easylink.

NO TE PIERDAS: Rolex Land-Dweller: un nuevo capítulo

El Sky-Dweller, por su parte, se viste con una esfera verde vivo de acabado satinado tipo sol. Su caja de oro amarillo de 18 quilates incorpora un bisel estriado, característica distintiva del linaje Oyster. A juego, el brazalete Jubilee aporta fluidez visual y una ergonomía optimizada. También incluye el sistema Easylink y esconde inserciones de cerámica para una mayor durabilidad.

La caja Oyster, presente en los tres modelos, garantiza una hermeticidad de hasta 100 metros. Cada una se talla a partir de un bloque macizo de oro, con coronas Triplock o Twinlock según el modelo, fondo atornillado con acanalado y cristal de zafiro con tratamiento antirreflejos. Esta arquitectura, de precisión minuciosa, protege los calibres 4131, 3285 y 9002, desarrollados por Rolex y reservados exclusivamente para estos modelos.

Calibres 4131, 3285 y 9002

El calibre 4131 del Daytona permite medir intervalos cortos gracias a su función de cronógrafo. Se distingue por sus puentes decorados con Côtes de Genève Rolex y una masa oscilante calada. El 3285 del GMT-Master II incorpora función de fecha y un segundo huso horario de 24 horas. El 9002 del Sky-Dweller suma un calendario anual y segundo huso horario, todo gestionado con facilidad desde la corona, gracias al sistema Ring Command.

Estos tres movimientos integran el escape Chronergy en níquel-fósforo, resistente a campos magnéticos, así como la espiral Parachrom azul, conocida por su estabilidad térmica y resistencia a los golpes. Sus reservas de marcha oscilan entre las 70 y 72 horas, y cada calibre se remonta automáticamente mediante rotor Perpetual.

Rolex somete cada reloj terminado a exigentes pruebas internas tras superar la certificación oficial COSC. La denominación de Cronómetro Superlativo implica una precisión de –2/+2 segundos por día, un estándar muy superior al de otros mecanismos mecánicos. Esta exigencia se simboliza con el sello verde que acompaña cada pieza y con una garantía internacional de cinco años.

Alquimia patentada

Rolex continúa consolidando su dominio técnico sobre la cerámica. Los biseles Cerachrom de los nuevos modelos son especialmente resistentes a los arañazos y presentan colores intensos e inalterables. En el Daytona y el GMT-Master II, las inscripciones del bisel se realizan con depósitos metálicos —oro amarillo u oro rosa— aplicados mediante PVD, garantizando legibilidad y longevidad.

El bisel estriado del Sky-Dweller, también en oro amarillo, conjuga la tradición con la precisión visual. Lejos de ser solo decorativo, este elemento recuerda el origen técnico del Oyster, donde cada estría tenía una función. Hoy, estas formas multiplican los reflejos y se convierten en un sello de estilo.

Brazaletes a la altura de la mecánica

Cada uno de los tres relojes se completa con un brazalete específico. El Daytona recurre al Oysterflex, fusión de ingeniería y comodidad, con láminas metálicas flexibles revestidas de elastómero. El GMT-Master II conserva el histórico brazalete Oyster, sólido y sobrio. El Sky-Dweller opta por el Jubilee, reconocido por su fluidez y elegancia. Todos incorporan sistemas de extensión propios —Glidelock o Easylink— que permiten ajustes milimétricos sin herramientas. 

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Nuevos cronógrafos Riviera de Baume & Mercier: tiempo en movimiento

El instante como arte

En cada línea del nuevo Riviera, Baume & Mercier da forma al tiempo como si se tratara de una obra fotográfica: breve, precisa, intensa. Cuatro cronógrafos se incorporan a la colección con un equilibrio entre lo técnico y lo estético. En estos modelos, la maison suiza convierte el tiempo en un gesto de decisión, una afirmación de estilo. El cronógrafo se transforma así en símbolo de dominio y conciencia del instante, más allá del simple conteo de los segundos.

Diseñados para quienes buscan afirmarse con elegancia, los nuevos cronógrafos Riviera transmiten una visión clara: el tiempo no se sigue, se lidera. El modelo Flyback M0A10828, con su funcionalidad avanzada, expresa la energía del movimiento. Su estética vintage encarna una memoria reinterpretada. Por su parte, el M0A10827 combina sobriedad y contraste, mientras que los modelos de 41 milímetros —M0A10825 y M0A10826— reinterpretan proporciones, con esferas negra o azul que armonizan técnica y carácter.

El espíritu de la Riviera francesa

La colección toma su nombre y su alma de un paisaje donde la naturaleza se mezcla con la sofisticación. Las cajas dodecagonales y las esferas luminosas evocan acantilados, olas, luz marina. Cada cronógrafo Riviera reinterpreta este entorno con líneas precisas y materiales que reflejan una visión de elegancia sin rigidez. Los relojes no son meros instrumentos: son extensiones del cuerpo y del entorno.

La experiencia de Baume & Mercier con los cronógrafos no es reciente. En 1887, ya destacaba en el concurso del Observatorio de Kew, y en 1893 superaba registros con un cronómetro de escape tourbillon. Desde entonces, su trayectoria ha integrado complicaciones como fases lunares y escalas técnicas. La adquisición de C.H. Meylan en 1952 permitió consolidar una manufactura capaz de desarrollar movimientos propios, base de su evolución continua.

M0A10828: memoria activa

Limitado a 73 piezas, este cronógrafo flyback celebra el año de origen de la colección Riviera. Funciones de taquímetro, telémetro y retorno en vuelo lo convierten en una pieza instrumental, con una esfera dorada de estilo retro que aloja subesferas concéntricas y una ventana de fecha entre las 4 y las 5. La caja de 41 milímetros en acero pulido y satinado incorpora un cristal de zafiro antirreflejos y fondo grabado. Su movimiento automático late a 4 Hz con 42 horas de reserva.

M0A10827: equilibrio de opuestos

Inspirado en los años cincuenta, este cronógrafo de 41 milímetros contrasta el blanco y el negro con un diseño sobrio. La esfera blanca con decoración de olas se combina con contadores oscuros. Las agujas y los índices, rodiados y luminiscentes, mantienen una legibilidad máxima. El movimiento automático ofrece 48 horas de reserva, protegido en una caja robusta de acero inoxidable, con bisel dodecagonal y brazalete intercambiable.

Baume & Mercier
M0A10825: precisión cotidiana

La versión negra con indicación de día y fecha propone una estética técnica sin ostentación. El fondo decorado con ondas y los contadores snailed muestran una cuidadosa atención al detalle. La caja de acero inoxidable, de 41 milímetros y líneas refinadas, se cierra con un fondo de zafiro grabable. Su movimiento automático mantiene una frecuencia de 28.800 vph, con 48 horas de autonomía. Como los demás modelos, resiste hasta 100 metros bajo el agua.

M0A10826: claridad en azul Baume et Mercier

Con una esfera azul satinada y decoración de olas, esta edición refleja el estilo activo y elegante de la colección. Al igual que su gemelo en negro, incorpora funciones de día y fecha, un brazalete robusto y un diseño que se adapta sin dificultad a diferentes estilos de vida. La corona con el símbolo Phi reafirma su pertenencia al universo Baume & Mercier, con un diseño que privilegia la ergonomía sin renunciar al refinamiento.

NO TE PIERDAS: Roger Dubuis Excalibur Grande Complication: la sinfonía del tiempo

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Roger Dubuis Excalibur Grande Complication: la sinfonía del tiempo

La herencia de un visionario

En 2025, Roger Dubuis celebra tres décadas de audacia y creatividad con el nuevo Excalibur Grande Complication, un reloj que encarna la esencia de su fundador. No es sólo un tributo a su legado, sino también una afirmación de la vitalidad de su quehacer relojero. Esta pieza combina tres de las complicaciones más nobles —calendario perpetuo, repetidor de minutos y tourbillon automático— certificadas con el prestigioso Poinçon de Genève, símbolo de excelencia en cada uno de sus 684 componentes acabados a mano.

Roger Dubuis siempre ha sido un laboratorio de mecánica creativa. En 2009, lanzó su primer calibre Grande Complication, el RD0829, un hito interno que ahora tiene un digno sucesor: el calibre RD118. Este movimiento de carga automática ofrece 60 horas de reserva de marcha y mantiene la promesa de belleza funcional que ha distinguido a la maison desde sus inicios.

Cada componente del RD118 responde a un riguroso estándar estético y técnico. La estructura está diseñada para dar vida a un calendario perpetuo preciso, una sonería compleja y un tourbillon de excepcional ligereza. La combinación demuestra que, en Roger Dubuis, la innovación y la herencia nunca se excluyen, sino que se potencian.

La danza de la memoria mecánica

El calendario perpetuo del Excalibur Grande Complication es más que una hazaña de ingeniería; es una evocación de la paciencia infinita del Roger Dubuis persona. Ajustado para seguir el irregular ritmo del calendario gregoriano, su memoria mecánica mantiene la precisión durante décadas, reconociendo años bisiestos hasta 2100 sin intervención manual.

En una interpretación aún más sofisticada, la información del calendario se despliega en un indicador birretrógrado. Las manecillas recorren semicircunferencias antes de saltar de nuevo a su origen en un movimiento controlado y elegante. El sistema, desarrollado en los años 80 en colaboración con Jean-Marc Wiederrecht, se refina aquí con nuevas proporciones y códigos visuales que honran los relojes históricos de la maison.

La distribución de las escalas del día, fecha y mes, junto con el indicador de año bisiesto, logra una armonía visual que recuerda las piezas maestras como el Millésime de 2015. El diseño, que afina la inclinación en un grado más para perfeccionar la simetría, rinde homenaje a la tradición sin renunciar a la modernidad.

La música secreta del tiempo

El repetidor de minutos es quizás la complicación más íntima del Excalibur Grande Complication. A través de un pulsador lateral, su sonería de trítono libera notas que evocan un diabolus in musica, ese acorde prohibido en la Edad Media pero venerado en el arte musical moderno. Los martillos, gongs y palpadores trabajan juntos para leer las horas, cuartos y minutos, generando una melodía profunda que envuelve el tiempo en misterio.

Para proteger la integridad del mecanismo, Roger Dubuis integra un sistema “todo o nada” que exige accionar el pulsador con decisión completa, evitando errores fatales en la activación. Esta sofisticación mecánica recuerda que, en la alta relojería, cada sonido cuenta tanto como cada tic.

El tourbillon, colocado entre las cinco y las seis, desafía la gravedad con una arquitectura volante realizada en titanio no magnético. Inspirado en la cruz celta, su diseño ofrece una ligereza funcional y una estética resplandeciente, que hacen eco del espíritu experimental de la maison y la obsesión de su fundador por aprovechar cada rincón del movimiento.

Exclusividad sin concesiones

El Excalibur Grande Complication se presenta en una caja de oro rosa de 45 milímetros, complementada por una correa de piel de becerro marrón de construcción tridimensional y una hebilla también de oro rosa. A través del fondo de zafiro, el movimiento revela todo su esplendor técnico, testimoniando que la belleza no es solo cuestión de superficie.

Limitado a ocho ejemplares, este reloj es una declaración de exclusividad. Se estrenará mundialmente en el Watches and Wonders Geneva 2025, reservado para un círculo muy reducido de coleccionistas que saben reconocer en cada latido de su tourbillon el eco de una pasión que no se extingue.

A treinta años del inicio de su aventura, Roger Dubuis reafirma que la verdadera complicación no es solo técnica, sino emocional: transformar el paso del tiempo en una experiencia única, tangible y eterna.

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Montblanc 1858 Geosphere Mount Vinson: el azul eterno de los glaciares

Tributo a las alturas

El Montblanc 1858 Geosphere 0 Oxygen Mount Vinson Edición Limitada conmemora un momento clave en la historia del alpinismo: el ascenso de Reinhold Messner al monte Vinson, en la Antártida, con el que completó el desafío de las siete cimas. Este reloj, limitado a 986 unidades —en alusión al año 1986, cuando ocurrió dicha hazaña—, forma parte de una serie que celebra la exploración en su forma más pura. El modelo se inscribe en la línea Geosphere 0 Oxygen, concebida para resistir condiciones extremas, como las que enfrentan quienes se aventuran a los puntos más altos del planeta.

La caja de titanio de 43.5 milímetros incorpora un material compuesto que une fibras de cuarzo y basalto aluminizado con carbonato de calcio y resina azul clara. Esta combinación no sólo recuerda visualmente a los glaciares antárticos más antiguos, sino que también alude a su densidad y profundidad cromática, resultado de siglos de presión y ausencia de oxígeno. La estética del reloj, fiel a su inspiración, reproduce en su lateral izquierdo el contorno del monte Vinson, visible sólo para quien lo porta, con luminiscencia blanca durante el día y azul en la oscuridad.

Tecnología invisible, precisión tangible

Uno de los rasgos técnicos más notables de esta edición es su tecnología “0 Oxygen”, que elimina por completo el oxígeno del interior de la caja. Este detalle, invisible a simple vista, evita el empañamiento causado por los bruscos cambios de temperatura y reduce la oxidación de los componentes. La precisión y durabilidad del movimiento se preservan en entornos hostiles, una cualidad esencial para quienes llevan sus herramientas hasta los extremos. Cada unidad viene acompañada de un certificado que garantiza este sellado sin oxígeno.

En su interior late el calibre automático MB 29.25, que ofrece una complicación exclusiva: la visualización simultánea de todos los husos horarios mediante dos globos tridimensionales que representan los hemisferios norte y sur. Estos giran en direcciones opuestas e integran una indicación día y noche. En el globo norte, Montblanc ha marcado los siete picos del reto de Messner, además del Mont Blanc, cumbre emblema de la maison. La fecha aparece a las 3 en punto, y el segundo huso horario, a las 9.

Los hielos perpetuos

La esfera del reloj refuerza su narrativa polar. Presenta un motivo glacial en tonos azul verdoso y gris claro, con efecto sfumato logrado mediante la técnica gratté-boisé, que otorga profundidad y textura. Este acabado requiere más de treinta pasos y cuadruplica el tiempo de fabricación respecto a una carátula convencional. Se enmarca con un bisel de aluminio anodizado gris, decorado con puntos cardinales que brillan color azul en condiciones de poca luz.

El fondo de la caja revela un grabado tridimensional del monte Vinson, realizado con láser sobre titanio. El proceso reproduce los matices del relieve con un realismo notable: primero se estructura la superficie, luego se aplica el acabado deseado y, por último, se colorea mediante oxidación térmica. Este dominio técnico coloca a Montblanc entre las casas relojeras suizas más avanzadas en la aplicación de tecnología láser decorativa.

NO TE PIERDAS: Montblanc celebra al alpinista Reinhold Messner

En esta edición, la colección 1858 también estrena una nueva correa de caucho, fácilmente intercambiable. Su color azul verde combina con la temática glacial, mientras que el diseño, que incorpora un motivo de cuerda de alpinismo, remite al equipo técnico esencial de los escaladores. En su reverso, un patrón de siluetas montañosas mejora la ventilación y asegura un ajuste cómodo. El cierre de precisión y las costuras visibles sobre las agarraderas completan una propuesta robusta y refinada.

Montblanc 0 Oxygen Mount Vinson

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Nuevo Tudor Black Bay Chrono: medio siglo de precisión

En Watches & Wonders 2025, Tudor celebra medio siglo de cronógrafos con una nueva versión del Black Bay Chrono, un modelo que fusiona dos de sus linajes más reconocidos: los relojes de submarinismo y los relojes inspirados en los deportes de motor. Este nuevo cronógrafo en acero inoxidable mantiene el espíritu funcional del primer Oysterdate de 1970, pero lo actualiza con una caja refinada de 41 milímetros, una esfera en versiones negro mate u opalina con subcontadores huecos en contraste (panda y reverse panda), y un bisel fijo con escala taquimétrica sobre disco de aluminio anodizado negro.

Desde su aparición en 1954 con sus primeros relojes de inmersión profesional, Tudor ha perfeccionado tanto la técnica como la resistencia. El Black Bay Chrono se inscribe en esa tradición: robusto, claro en su lectura y construido para durar. Conserva las agujas Snowflake, icónicas desde 1969, ahora adaptadas a una esfera abombada que mejora la legibilidad bajo cualquier condición.

Movimiento de manufactura, precisión certificada

El motor que impulsa esta pieza es el calibre cronógrafo de manufactura MT5813, un movimiento automático con rueda de pilares y embrague vertical, desarrollado en colaboración con Breitling. Además de horas, minutos, segundos, cronógrafo y fecha, incorpora una espiral de silicio antimagnética y una reserva de marcha de 70 horas. La certificación COSC respalda su rendimiento, aunque Tudor impone estándares aún más exigentes: una variación diaria de apenas -2 a +4 segundos.

Este calibre, decorado con acabados alternos de chorro de arena y superficies pulidas, encierra no solo técnica, sino también una filosofía: hacer de la precisión un arte cotidiano. Las pruebas extremas que cada unidad debe superar antes de salir al mercado son testimonio de esa búsqueda constante por la fiabilidad.

Versatilidad en cada eslabón

El nuevo Black Bay Chrono se ofrece con brazaletes de acero inoxidable de 3 o 5 eslabones. El primero, con remaches visibles, evoca los diseños de los años 50 y 60; el segundo, más contemporáneo, mantiene la solidez sin renunciar a la estética. Ambos incorporan el sistema T-fit, un mecanismo de ajuste rápido sin herramientas que permite modificar la longitud hasta 8 mm. Los rodamientos cerámicos del cierre garantizan un tacto suave y un seguro anclaje a la muñeca.

El diseño de los pulsadores retoma la forma de los primeros cronógrafos de la marca, mientras que la geometría de la caja ha sido ligeramente rediseñada para mejorar el confort: el cristal de zafiro cuenta con un sutil rebaje y el movimiento ha sido recolocado para equilibrar la altura del reloj sobre la muñeca.En conjunto, este nuevo Black Bay Chrono no es una mirada al pasado, sino una síntesis afinada entre herencia y técnica actual. Fiel a su historia, pero preparado para los desafíos del presente, encarna el cruce entre la precisión del cronómetro y la resistencia del reloj herramienta. 

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Frederique Constant Classic Perpetual Calendar Manufacture: clásico renovado

Frederique Constant retoma uno de sus íconos más significativos con una propuesta que no pretende reinventar el calendario perpetuo, sino afinarlo con la precisión que distingue a los logros discretos. Lanzado por primera vez en 2016 como la complicación más accesible de su tipo, el Classic Perpetual Calendar Manufacture vuelve con una nueva caja de 40 mm y un diseño que remite a la sobriedad de la relojería clásica. La estética se alinea con una visión que prioriza la elegancia silenciosa, sin concesiones en la funcionalidad ni en la tradición.

Un movimiento que habla de continuidad

En el corazón del reloj late el calibre FC-776, trigésimo cuarto desarrollo de manufactura de la casa ginebrina. Con una frecuencia de 4 Hz y una reserva de marcha extendida a 72 horas, esta evolución técnica surge de la familia de calibres FC-706 y FC-716. El nuevo mecanismo, ajustado en seis posiciones, garantiza precisión estable en todo contexto. Su arquitectura se inspira en el confiable FC-775, de cuya base toma la mayoría de sus componentes. Esta elección asegura una integración natural entre experiencia y rendimiento, visible a través del fondo de cristal de zafiro.

Frederique Constant Classic Perpetual Calendar Manufacture
Un rostro que privilegia la claridad

La esfera sectorial luce un acabado rayos de sol en tono salmón, color que ha ganado protagonismo entre coleccionistas por su rareza contenida y su armonía con los metales. En ella, los contadores se distribuyen de la siguiente manera: el mes y el año bisiesto a las 12, el día a las 9, la fecha a las 3. A las 6, la fase lunar se presenta sin artificios, pero con un detalle que equilibra la composición. Los índices delgados y sin cifras, junto con las agujas tipo dauphine pulidas a mano, refuerzan la lectura precisa y sin distracciones.

Diseño con memoria, técnica con propósito

La nueva caja Classic introduce una geometría suavizada que remite a los relojes de mediados del siglo XX. Su diámetro de 40 milímetros busca el equilibrio entre presencia y proporción. Nada en ella resulta superfluo: cada línea tiene sentido, cada superficie responde a una intención. Es una reinterpretación que respeta los cánones sin caer en la nostalgia. Como en la mejor relojería, forma y función no se contradicen.

Frederique Constant reafirma su posición como una manufactura capaz de democratizar complicaciones tradicionalmente reservadas a círculos estrechos. En su nueva versión, el Classic Perpetual Calendar Manufacture mantiene el precio como parte esencial de su propuesta. Esta coherencia entre misión y ejecución no busca competir por la exclusividad, sino por la coherencia de una visión que valora tanto el saber hacer como su alcance.

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Hermès reescribe el tiempo: Le Temps Suspendu, una complicación que desafía las reglas

Un homenaje a lo inesperado desde la alta relojería

En un universo donde el segundo dicta el ritmo, Hermès propone una pausa poética. La colección Le Temps Suspendu escapa a las ataduras cronológicas para abrazar un instante suspendido, tan efímero como sublime. Desde su lanzamiento en 2011, esta complicación lúdica ha simbolizado un tiempo íntimo, elegido, que se despliega cuando el deseo lo convoca. En 2025, la maison reinterpreta su icónica complicación en nuevas siluetas que celebran tanto la técnica como la emoción: Arceau Le Temps Suspendu, Hermès Cut y Maillon Libre, tres visiones que diluyen los límites entre reloj, joya y arte cinético.

Arceau Le Temps Suspendu: La poesía en movimiento

Diseñado originalmente por Henri d’Origny, el modelo Arceau se adentra en nuevas coordenadas con una caja de oro de 42 mm y una esfera calada que revela la mecánica invisible de la complicación suspendida. El movimiento Hermès H1837, visible a través del fondo de zafiro, marca una cadencia que puede pausarse a voluntad. Las agujas retrógradas a 360° y la zona de “tiempo suspendido” a las 12 en punto confirman que, en este reloj, el presente no se mide: se siente. Disponible en tonalidades como rouge sellier, brun désert y azul, es una invitación a redescubrir el ahora.

Hermès Cut Le Temps Suspendu: Geometría que desafía el tiempo

La audacia formal de la colección Hermès Cut abraza la complicación Le Temps Suspendu por primera vez. Con su caja facetada de 39 mm en oro rosa, este reloj femenino se impone como una escultura portátil. Su módulo exclusivo, impulsado por el movimiento H1912, ejecuta un ballet singular: las agujas se detienen, el tiempo se desvanece, y el instante se convierte en eternidad. Una versión efímera con esfera roja encarna este manifiesto de libertad, donde la rotación antihoraria del indicador de funcionamiento revela un nuevo lenguaje para medir lo intangible.

Maillon Libre: el arte de eclipsarse

Inspirado en el eslabón de la cadena de ancla, símbolo icónico de la casa, Maillon Libre trasciende las categorías de género y función. Concebido tanto como reloj de pulsera como broche convertible en colgante, este objeto mutante juega con la joyería y la relojería en una coreografía que fusiona sofisticación y misterio. Diamantes talla brillante, turmalinas terracota y cajas en oro pulido dan forma a una estética versátil y altamente expresiva. Aquí, el tiempo no se lee: se esconde, se intuye, se descubre en un destello.

La filosofía Hermès del tiempo

Más allá de la mecánica, Hermès propone un tiempo cómplice. Uno que no se impone, sino que acompaña. Le Temps Suspendu no es una función, es una actitud. La paradoja que encierra esta colección es clara: solo cuando se olvida el tiempo, se aprecia su verdadero valor. Hermès convierte esa paradoja en objeto, y lo transforma en arte. La manufactura suiza, los acabados meticulosos, las complicaciones ingeniosas y la elegancia conceptual se dan cita en una línea que mira al pasado con afecto y al futuro con ironía.

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