El pasado 21 de febrero, David Candaux, relojero y propietario de la marca homónima, visitó brevemente nuestro país para presentar sus más recientes creaciones. Berger Joyeros fue el espacio donde pudimos hablar un poco de su historia, creaciones y la inspiración detrás de ellas.
Intemporelle: Dices guiar tu trabajo con pasión por la tradición, la naturaleza y la ciencia. Creemos entender lo relativo a la tradición y la naturaleza que te rodea en el Valle de Joux, pero ¿puedes contarnos más sobre cómo incorporas la ciencia a tu trabajo?
David C: Soy un amante de la naturaleza y las ciencias. Son el origen de todo, la segunda trata de comprender a la primera y a partir de ellas se construye todo. Para mi es importante conocer y entender la ciencia para poder crear relojes desde un aspecto técnico. Ser un relojero completo significa estudiar constantemente, física, matemáticas. De esta forma puedo concebir piezas de cero.
I: Incorporar ciencia, tradición y naturaleza en un reloj parece un ejercicio complejo de creatividad. ¿Puedes guiarnos a través de tu proceso creativo?
DC: Estar muy interesado por las ciencias y la naturaleza implica tener mucha curiosidad. Cada parte de mis relojes tiene una historia nacida de la curiosidad, de la simetría de la naturaleza. Claro, todo depende de la parte del reloj. Por ejemplo, el guilloche en esta esfera se puede tocar. Normalmente este tipo de trabajo está protegido por cristal, pero yo lo he hecho distinto por dos razones: es la manera tradicional, pues hace doscientos años se inventó para los relojes de bolsillo, para tocarse y tener un mejor agarre de la pieza. La segunda razón proviene de mi pasión por el deporte. En el Valle hago parapente y en uno de mis primeros vuelos pude ver el bosque desde una perspectiva cenital. Esta visión de las copas de los árboles me inspiró para crear el guilloché de mis relojes.
En fin, el proceso es la suma de varias cosas: lo que leo, observo, pienso y recolecto. Tengo cuadernos en donde tomo nota, observo mucho, todo parte de la curiosidad. Hay dibujos, pero también, por ejemplo, una hoja que recolecté del bosque, cosas o ideas que llaman mi atención. Después de un tiempo reflexiono sobre esto y me inspiro para crear una pieza.
I: La corona mágica y el tourbillon volante son dos elementos característicos de tu trabajo, ¿de dónde vino la inspiración para estos?
DC: La corona mágica fue el primer elemento de diseño que incorporé cuando establecí la marca. No fue una idea eureka que nació en el bosque, sino algo mucho más práctico. Como amo los relojes grandes pero tengo una muñeca pequeña, sé que las coronas son estorbosas. Entonces imaginé una corona con el estilo de una pluma con punta retráctil y listo. A partir de esa idea y ese elemento de diseño comencé a crear un movimiento para tales efectos.
Mi fascinación por el tourbillon se remonta al inicio de mi carrera. Cuando aprendía en Jaeger-LeCoultre, uno de los relojeros consumados de la manufactura me mostró un reloj Reverso con tourbillon de 60 aniversario. Cambió todo para mi y me dije que si algún día tenía una marca, tendría que tener un tourbillon. Después decidí ponerlo a 30 grados, simplemente porque esto mejora la cronometría.
I: Has contado con el apoyo de grandes nombres de la industria, empezando por tu abuelo, tu padre y el legendario Philippe Dufour ¿Cuáles dirías que son las lecciones más valiosas que te han dejado, las que te acompañan en tu trabajo diario?
DC: Hace 25 años, en Jaeger-LeCoultre, Günter Blümlein me dijo: “En la vida de relojeros tienes que tener una emoción que evocar. Cuando ves una pieza y lo sientes en el cuerpo, también debes sentirlo en espíritu. Por ello “Le cœur et l’esprit” (el corazón y el espíritu) es el lema de la marca. Antes de esto entendí la técnica, cómo funciona un reloj, pero en ningún momento pensé en la importancia de esta frase: tienes que emocionarte visual y espiritualmente.
Por otro lado, Philippe, quien es mi vecino en el mismo pueblo y quien me conoce desde niño, me enseñó a perseverar. No a través de una frase sino a través de sus acciones. No parar en los años difíciles. Aún cuando el mundo relojero estuvo en crisis, Philippe perseveró. Si sabes lo que quieres hacer tienes que seguir, él fue un buen guía.
I: Sin duda eres una mente joven en la relojería. ¿Qué te gustaría revolucionar en la industria? ¿Qué nuevos caminos creativos te gustaría explorar?
DC: Tengo alrededor de 20 proyectos en mente (risas). Sin duda tengo varias ideas, pero no puedo decirlas todas, sería revelar demasiado. Pero hace catorce años que tengo un proyecto en el que trabajo y espero que la vida me alcance para terminarlo. Siempre parece que necesito más tiempo.
I: Tienes dos colecciones icónicas DC1 y DC6, esta última es, según leí, una visión más personal. ¿Cómo definirías esa visión tuya?
DC: Es muy simple, la DC1 significa tradición, lo hice para mi padre y para Philippe Dufour, quería homenajear la tradición. Por otro lado, la DC6 soy yo. Una visión más contemporánea que, sencillamente, refleja quién soy.
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