Crónica de un día en el Mercado Ecuestre de Hermès en México
Era un jueves 19 de octubre del 2023, el clima de la Ciudad de México estaba perfecto; no hacía calor, ni tampoco frío. Después de la semana más intensa para el mundo de la relojería en México, Hermès nos invitaba a disfrutar de una noche en el Mercado Ecuestre.
Honestamente, no teníamos idea de qué iba el evento, solo imaginábamos que muy seguramente sería impresionante, a la altura de todos los eventos de Hermès.
Al llegar al Frontón México, con la vista del Monumento a la Revolución pintado de luces moradas, nos recibía la noche más divertida de la semana. Máscaras de caballos para que escogieras cuál querías ser esta noche, champagne, bebidas refrescantes (muy mexicanas) y un carrito de papas, sí, como los que nos encontramos por las calles de la Ciudad, pero con el estilo de Hermès.
Dentro del recinto, nos acompañaba siempre el relincho de un caballo, como ambientando todo. Los stands de juegos se mezclaban con los de alimentos. En cada uno podías ganar premios, para que al final de la noche todos pareciéramos caballitos de carreras súper premiados.
¿Se imaginan que aparte podíamos jugar a que teníamos colas de caballos? Y también habían unas pelucas increíbles, con las cabelleras más cuidadas del corral.
El marchante
El marchante, sin duda alguna mi estación favorita de comida. El nombre debido al regionalismo mexicano con el que llamamos a quien nos vende, y hasta a quienes compramos en los mercados. Una estación de zanahorias, literalmente porque aquella noche todos éramos caballos. El mejor pastel de zanahoria nos tenía deleitados a la mayoría, mientras que en unas chistosas mini macetas nos servían humus de zanahoria, con nuez y más zanahoria.
En medio de la noche irrumpió un alegre grupo de personas, perdón caballos, que nos deleitaron con música y una danza digna de una batalla entre caballos. En realidad parecía más una danza entre ellos, una forma de quererse, de lucirse.
Por supuesto, el Mercado Ecuestre tenía que tener un toque mexicano, a pesar de venir de París, pues esa noche nos pertenecía a los mexicanos. Todos los vinos que podían degustarse en su respectiva sección eran mexicanos. Y también los otros lugares de comida en el mercado preparaban platillos con lo más mexicano de lo más mexicano. Flor de calabaza, totopos azules, frijoles, mezcal, tequila…
Ustedes disculparán las fotos, estábamos muy divertidos jugando.
En fin, esta fue la noche más divertida del año.