En Watches & Wonders 2025, Tudor celebra medio siglo de cronógrafos con una nueva versión del Black Bay Chrono, un modelo que fusiona dos de sus linajes más reconocidos: los relojes de submarinismo y los relojes inspirados en los deportes de motor. Este nuevo cronógrafo en acero inoxidable mantiene el espíritu funcional del primer Oysterdate de 1970, pero lo actualiza con una caja refinada de 41 milímetros, una esfera en versiones negro mate u opalina con subcontadores huecos en contraste (panda y reverse panda), y un bisel fijo con escala taquimétrica sobre disco de aluminio anodizado negro.
Desde su aparición en 1954 con sus primeros relojes de inmersión profesional, Tudor ha perfeccionado tanto la técnica como la resistencia. El Black Bay Chrono se inscribe en esa tradición: robusto, claro en su lectura y construido para durar. Conserva las agujas Snowflake, icónicas desde 1969, ahora adaptadas a una esfera abombada que mejora la legibilidad bajo cualquier condición.
Movimiento de manufactura, precisión certificada
El motor que impulsa esta pieza es el calibre cronógrafo de manufactura MT5813, un movimiento automático con rueda de pilares y embrague vertical, desarrollado en colaboración con Breitling. Además de horas, minutos, segundos, cronógrafo y fecha, incorpora una espiral de silicio antimagnética y una reserva de marcha de 70 horas. La certificación COSC respalda su rendimiento, aunque Tudor impone estándares aún más exigentes: una variación diaria de apenas -2 a +4 segundos.
Este calibre, decorado con acabados alternos de chorro de arena y superficies pulidas, encierra no solo técnica, sino también una filosofía: hacer de la precisión un arte cotidiano. Las pruebas extremas que cada unidad debe superar antes de salir al mercado son testimonio de esa búsqueda constante por la fiabilidad.


Versatilidad en cada eslabón
El nuevo Black Bay Chrono se ofrece con brazaletes de acero inoxidable de 3 o 5 eslabones. El primero, con remaches visibles, evoca los diseños de los años 50 y 60; el segundo, más contemporáneo, mantiene la solidez sin renunciar a la estética. Ambos incorporan el sistema T-fit, un mecanismo de ajuste rápido sin herramientas que permite modificar la longitud hasta 8 mm. Los rodamientos cerámicos del cierre garantizan un tacto suave y un seguro anclaje a la muñeca.
El diseño de los pulsadores retoma la forma de los primeros cronógrafos de la marca, mientras que la geometría de la caja ha sido ligeramente rediseñada para mejorar el confort: el cristal de zafiro cuenta con un sutil rebaje y el movimiento ha sido recolocado para equilibrar la altura del reloj sobre la muñeca.En conjunto, este nuevo Black Bay Chrono no es una mirada al pasado, sino una síntesis afinada entre herencia y técnica actual. Fiel a su historia, pero preparado para los desafíos del presente, encarna el cruce entre la precisión del cronómetro y la resistencia del reloj herramienta.
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