Vacheron Constantin se inspira en la mitología griega
Vacheron Constantin, a través de su serie Les Cabinotiers Le Temps Divin, rinde homenaje a la percepción del tiempo desde una perspectiva mitológica y técnica. La figura de Cronos, dios griego del tiempo, inspira la representación del tiempo físico y mensurable en estas piezas únicas. El diseño se enriquece con detalles culturales, evocando la mitología grecorromana que ha influido en la Maison desde sus inicios.
Los relojes de la serie están impulsados por el Calibre 1990, un movimiento de carga manual con una reserva de marcha de 60 horas y una visualización birretrógrada de las horas y minutos. Este calibre destaca por su tourbillon armilar biaxial, que incorpora dos jaulas de aluminio entrelazadas, completando rotaciones en un minuto, y una espiral cilíndrica que mejora la precisión al mantener un isocronismo óptimo. Este diseño innovador, protegido por cuatro patentes, incluye un sistema retrógrado instantáneo y un escape con una rueda de silicio y paletas pulidas con diamante, lo que minimiza la fricción y optimiza el rendimiento.
Maestría en grabado y guilloché
El arte de la decoración manual en estos relojes es impresionante. El grabado intaglio se utiliza para esculpir frisos y figuras mitológicas en la caja, como Cronos, representado con un reloj de arena, un detalle que destaca en la carrura. Esta obra requiere precisión extrema y más de 290 horas de trabajo, creando una micro escultura en bajorrelieve que juega con la luz para acentuar los contrastes. El fondo del reloj incluye la icónica frase “Carpe Diem“, un recordatorio del paso inexorable del tiempo. Las técnicas de guilloché aplicadas a mano complementan la estética, adornando la platina y los puentes con el motivo Clous de Paris.
Inspiración arquitectónica y dedicación artesanal
El modelo de oro blanco se inspira en la cúpula del Panteón de Roma, y su carrura presenta una decoración que emula la perspectiva radial de la estructura. El grabado de los laterales logra un efecto de profundidad gracias a la técnica taille de joue, que adapta los diseños a la forma de la caja y sus asas. Esta precisión requiere cerca de 120 horas de trabajo minucioso. Por otro lado, el guilloché aplicado en el calibre añade coherencia visual, extendiendo el motivo geométrico por la maquinaria. La combinación de técnicas refleja la fusión perfecta entre arte y alta relojería.