Este año, en una nueva versión del Cronógrafo Monopulsador 1858 The Unveiled Minerva, Montblanc abraza la luz y un nuevo enfoque de diseño. El objetivo es revelarnos aún más detalles de este intrincado y fascinante movimiento de cronógrafo que, por cierto, se ha renovado.
Lo anterior es posible gracias a cinco aberturas con cristal de zafiro en la parte media de la caja o carrura, logrando un juego de luces y profundidad incomparable. Así, los 291 componentes del movimiento se revelan desde todos los ángulos posibles del reloj.
El nuevo calibre se ha construido sobre pilares y el puente del cronógrafo también se ha colocado en la parte superior del movimiento para destacarse. Esto último es un detalle de diseño que se patentó en 1912, adelantándose mucho a su época.
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Además, y como en el resto de los calibres complicados de Montblanc, los elementos distintivos del movimiento Minerva se conservan. Estos son la flecha de Minerva y el característico puente en forma de V de la casa. La primera es un tributo a la diosa romana homónima, mientras que el puente evoca el paisaje de montañas que los relojeros observan por la ventana del taller de Villeret desde su fundación en 1858.
Otros detalles importantes de esta edición, que por cierto, está limitada a sólo 100 ejemplares, son su caja confeccionada en acero con las aberturas mencionadas y un diámetro de 43 milímetros, ensalzada por un bisel estriado y una corona con el emblema de Montblanc en relieve. Asimismo, algunos elementos del calibre se han vestido de azul y SuperLumiNova para una mejor legibilidad.
En lo que se refiere a destrezas mecánicas, el calibre MB M17.26 obtiene su carga de forma manual y ofrece las funciones de horas y minutos, segundero pequeño a las 9, segundero de cronógrafo al centro y contador de 30 minutos a las 3. Ofrece una reserva de marcha de 50 horas.